jueves, 24 de febrero de 2011

Simplemente Román


El tipo es capaz de las cosas más fantásticas que se pueden hacer dentro del verde césped. Talentoso como pocos, generoso con sus compañeros a la hora de habilitarlos mágicamente (en ese "toma y hacelo" de colección), hábil shoteador con la bocha en movimiento, eximio ejecutor de tiros libres (aunque se haya olvidado en los últimos años), poeta del "caño a Yepes" y monumental cabeza en los instantes clave (digan lo que digan sus detractores, su inspiración tiene una relación directamente proporcional al desafío planteado). No necesita correr como un desquiciado ni tirarse al piso a barrer ni trabar los pies de un rival con la sabiola.

El tipo está para otra cosa. Él lo sabe y los demás también (o deberían saberlo). Son pocas las ocasiones en que se lo ha visto no cumplir su rol con corrección. Y en general, son excelencia y talento las palabras que lo grafican.

Bajo este panorama, entender porque Román es ídolo eterno para cualquier hincha de Boca se vuelve demasiado sencillo. El mito de que sólo queremos "huevo, huevo, huevo" es precisamente eso: un mito. La magia se valora muchísimo más que la garra como recurso exclusivo (y no como la complementación necesaria del juego). Porque si hay alguien a quien no le faltan huevos es a Román. Para pedirla siempre, para no esconderse nunca, para sacar conejos de la galera, para descifrar lo indescifrable entre marasmos de piernas, para apretar la tecla justa cuando las papas queman.

Hoy Falcioni tomó una decisión cruda: excluir del equipo al único cráneo que tiene un plantel de bajo vuelo (como el fútbol argentino, digamos) cuando, según lo que se comenta, físicamente está OK. El Román polémico todos lo conocemos y muchas veces no nos gusta, pero por sobre todas las cosas nos quedamos con el Román futbolista, ése que les conté recién y que ustedes han visto una y mil veces. Si el actual DT xeneize excluyó a ese jugador (y no al que le irrita sus oídos con declaraciones honestas pero peligrosas para una convivencia armónica), está equivocado. Y si Boca gana todos los partidos como contra Racing, mejor cambio de canal. Aunque me muera de ganas de volver a ser campeón.

Sé que no seremos el Barcelona (ni con Bianchi lo fuimos, porque hay uno solo así), pero tampoco quiero ser el Banfield del propio Julio César. La pelota no merece ensuciarse tanto.

No hay comentarios: