sábado, 15 de octubre de 2011

Dos fechas y algunas proyecciones


Ciento ochenta minutos. El tiempo que transcurrió entre el comienzo del largo camino a Brasil 2014 y la finalización de su segundo paso. Ninguno de los equipos que jugaron los dos encuentros sumaron la totalidad de los puntos. Sólo uno perdió ambos partidos. Los únicos que pueden festejar un 100% de efectividad son Colombia y Ecuadoir, ambos con fecha libre en la primera y segunda jornada respectivamente. Nada que acá no vislumbráramos: las Eliminatorias sudamericanas van a ser muy pero muy parejas y disputadas. Eso sí, a no alarmarse y a desglosar aciertos, errores y proyecciones que sirvan para visualizar un futuro más promisorio.

Argentina perdió con Venezuela por primera vez en la historia tras 18 victorias consecutivas. La inmediata asociación a ese hecho es verguenza, quizás indignación. Pero hay otra lectura independientemente del mal planteo sabellista (retorno de un flojísimo Demichelis, un Rojo incomprensible, doble 5 con Di María, pésimo Sosa, entre otras cosas): esta caída iba a llegar más temprano que tarde por la evolución del fútbol venezolano y el estancamiento de la Selección albiceleste. Y llegó nomás, aunque nos duela. Ya hace rato sabemos que no somos los mejores, que no nos comemos los chicos crudos, que somos uno más con algunos grandes talentos desperdigados (incluso el mejor de ellos) pero sin una noción de equipo, vital para el éxito en cualquier competencia. Ese grado de conciencia evita la sorpresa y la bronca, impide que pidamos cabezas, pero también que nos pongamos las pilas para salir adelante desde un subsuelo cada vez más profundo.

La goleada frente a Chile ilusionó como todo triunfo contundente, pero tenía raíces débiles: hubo una ratificación del ya conocido poderío ofensivo (aunque fue mucho más efectivo que en otras ocasiones), pero el perfil defensivo siguió siendo tan endeble como, por ejemplo, en la última Copa América. Es decir, lo bueno y lo malo dieron el presente y cuando lo bueno no fuera tan bueno y lo malo siguiera por esa senda, el resultado claramente se inclinaría hacia el empate o la derrota. Así fue el martes, ante un equipo que reservó sus mejores players para dar ese salto de calidad que lo ilusione con una clasificación mundialista inédita.

Retomando la mirada sobre el conjunto, encontramos algunas continuidades con la última Copa y pequeñas sorpresas:

1) Uruguay sigue tan firme como lo demostró en Sudáfrica y en nuestro país y sólo la mala fortuna le impidió un arranque ideal.

2) Colombia está atada a que su histórico espíritu pecho frío se corra a un lado y que la buena calidad de sus jugadores se traduzca en éxitos. El puntapié inicial fue para ilusionarse.

3) Chile debe preocuparse y ocuparse: pésima presentación ante Argentina y una extraña victoria ante Perú, donde la suerte lo acompañó además de que golpeó en los momentos justos. Fue vital el regreso de Medel y cuando esté Alexis Sánchez se terminará de demostrar para qué está.

4) Paraguay es la gran incógnita tras el adiós de Martino. Fija en los últimos 4 Mundiales, hoy parece vivenciar un momento de declive futbolístico donde sólo se mantiene viva la garra y no el talento que le permitió dar el salto. Al salvar las papas con Uruguay, respiró profundo, lo que le permite a Arce pensar con mayor tranquilidad lo que viene. 0 de 6 hubiera sido un golpe duro, sobre todo por la forma anodina en la que cayó con Perú.

5) Ecuador hizo lo que siempre debe hacer en Eliminatorias: ganar en los 2800 metros de altura. Y aunque muchos pensáramos en un batacazo venezolano por contraste de realidades previas, se cumplió lo que sucede en la mayoría de los duelos en la elevada Quito (incluso contra los gigantes Brasil y Argentina): triunfó el local. No jugó en la segunda fecha.

6) Perú se posiciona como un equipo a seguir. La Copa América fue un indicio y el arranque de las Eliminatorias, pese a la caída con Chile, lo ratificó. Un tapado que complejiza el panorama un poco más. Jugó muy bien contra Paraguay y tuvo muy buenos ratos contra los chilenos.

7) Bolivia: el más flojo y ni siquiera pudo ganar en la altura. Es nuestro próximo rival y en lo que habrá que estar atento es en no cometer los errores que condujeron al 0-0 de la Copa América. Habría que ganar gustando y por varios goles.

8) Venezuela: creció y mucho. La estrategia de Farías, ayudada por el mal planteo de Sabella, fue un gol que le permitió la victoria histórica. Tiene sueño mundialista y, aunque cualquiera puede soñar, esta vez tiene con qué.

Así estamos en Sudamérica. Unidos en la faz política y tan pero tan parejos en el plano de la pelotita que parecería un reflejo de esa sincera apuesta a la comunidad continental. La gran ventaja es que el más gigante de todos esta vez no estará presente. Ojalá lo aprovechemos (con creces o no). Con excepciones quizás apuradas, el resto estará soñando con lo mismo.